Australia endurece sus leyes: empresas deberán detectar y eliminar cuentas de menores de 16 años

Australia acaba de marcar un precedente importante en materia de seguridad digital. A partir de una nueva legislación, todas las empresas que operen dentro del país estarán obligadas a realizar un esfuerzo mucho mayor para detectar y eliminar cuentas pertenecientes a menores de 16 años. El objetivo es claro: proteger a los jóvenes no solo de los riesgos físicos y sociales que existen en internet, sino también del impacto psicológico que las redes sociales pueden generar.

Esta regulación responde a un problema que no es exclusivo de Australia. Aunque en la mayoría de los países la edad mínima para crear una cuenta suele ser 13 años, en la práctica es extremadamente sencillo evadir este límite. Basta con ingresar una fecha de nacimiento incorrecta para acceder a cualquier plataforma sin mayor verificación. En otros casos, son los mismos padres quienes crean cuentas a sus hijos y les entregan un dispositivo sin supervisión adecuada.

El resultado es un entorno digital donde millones de menores participan en espacios diseñados para adultos, expuestos a riesgos como contenido inapropiado, grooming, bullying, sobreexposición y comparaciones sociales que afectan su salud mental.

Australia no es el primer país que toma medidas estrictas. Recientemente, en Colombia se prohibió por completo el uso de celulares en escuelas, una decisión orientada al mismo objetivo: proteger a los estudiantes en etapas de desarrollo crítico. La tendencia global es clara y parece inevitable: más países están comenzando a reconocer que el acceso ilimitado a la tecnología sin filtros adecuados representa un riesgo real para los menores.

Además, esta conversación abre otra preocupación creciente: la proliferación de cuentas falsas y bots. Ya no se trata solo de perfiles anónimos creados para espiar a alguien. Hoy estas cuentas se utilizan para manipular conversaciones políticas, incidir en temas económicos, fomentar el hate speech o acosar a usuarios vulnerables. En plataformas saturadas de cuentas ficticias, los jóvenes se convierten en el grupo con menor capacidad para identificar riesgos y protegerse.

Por eso, medidas como las de Australia podrían marcar la pauta hacia una mayor responsabilidad digital de las empresas tecnológicas. No solo en cuanto a eliminar cuentas de menores, sino también en fortalecer los procesos de verificación y reducir la creación masiva de perfiles falsos.

La pregunta ahora es inevitable:¿Es momento de que países como México adopten medidas similares?¿Deberíamos exigir verificaciones más estrictas para proteger a los jóvenes y combatir el impacto de cuentas falsas?

La discusión está abierta y, sin duda, será una de las más relevantes dentro del futuro de las redes sociales.